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Foto del escritorJenny Hallak

Glutamato Monosódico MGS



Es un aditivo utilizado sobretodo en alimentos ultraprocesados para potenciar sabores, hace que las carnes y alimentos congelados tengan un sabor más fresco, las salsas sepan mejor y los enlatados menos gusto metálico. En definitiva, engaña a nuestro cuerpo haciéndole creer que la comida es más sabrosa. Y hasta aquí podríamos decir que va todo “bien”. Sin embargo se ha encontrado relación entre este aditivo y el desarrollo de obesidad. El glutamato monosódico podría influir en la regulación hipotalámica del apetito, favoreciendo un elevado consumo de los alimentos que lo contienen.


El GMS contenido en alimentos de frecuente consumo provoca una alteración en los umbrales de saciedad al interferir en la hormona leptina, encargada del control del apetito y del envío de la señal de saciedad. De este modo, aumenta el apetito y las cantidades consumidas de estos alimentos, de manera que al mantenerse un consumo elevado de estos productos a lo largo del tiempo puede aumentar el Índice de Masa Corporal (IMC), pudiendo resultar en obesidad y otros trastornos de la conducta alimentaria (TCA).

Además de desencadenar en algunos casos otros efectos secundarios a su consumo prolongado los cuales incluyen síntomas como:


  • Dolor de cabeza

  • Sofoco

  • Transpiración

  • Presión o tensión facial

  • Entumecimiento, hormigueo o ardor en el rostro, el cuello y otras áreas

  • Latidos rápidos con aleteos (palpitaciones cardíacas)

  • Dolor en el pecho

  • Náuseas

  • Debilidad


Aunque las evidencias científicas aún son escasas la FDA exige que aparezca en el etiquetado.


Estos son los nombres comerciales del glutamato monosódico: Glutamato monopotasico / de calcio / de amonio / de magnesio, AJI-NO-MOTO, Vetsin y Ac'cent.


Alimentos en los que se encuentra: comida congelada, sopas de sobre, papas de bolsa, pan de caja, embutidos, salsas, chips, sazonados, etc.

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