La mayoría de las veces cuando decidimos comenzar a modificar nuestros hábitos de alimentación centramos nuestra atención solo en lo que vamos a comer y restamos importancia a las bebidas que acompañan nuestras comidas las cuales aportan en algunos casos grandes cantidades de calorías a nuestro consumo diario.
Los refrescos o bebidas gaseosas por ejemplo no son nada recomendados, un vaso puede aportarnos entre 8 – 10 cucharadas de azúcar, al igual que los jugos de fruta envasados que por lo general les añaden toneladas de azúcar para su conservación, y aunque existan muchas de estas opciones en sus versiones light nunca serán tan recomendadas como hidratarnos a través de una fuente natural. Con esto tampoco estoy haciendo referencia a los jugos naturales ya que la fruta una vez sometida a un proceso de trituración pierde prácticamente todos sus beneficios (fibra, vitaminas, minerales), dejándonos con solo nuevamente el azúcar, es verdad un azúcar natural y sin refinar pero finalmente azúcar por lo que si lo que realmente quieres es perder peso y mantener hábitos de alimentación saludables esto no jugará a tu favor.
Dentro de las opciones naturales que me gusta recomendar siempre estará en agua en primer lugar, sin embargo podemos jugar con esta y convertirla de forma segura en algo más divertido sobretodo para aquellas personas que no les gusta tomar agua, en estos casos podría sugerir saborizar el agua usando frutas, especies, hierbas o tomar infusiones como el café o té.
*En la imagen mi favorita: Agua con limón y menta.
¿Y tú que prefieres para tomar?
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